La última jornada de los Campeonatos del Mundo de Santiago no sólo tuvo el emotivo momento de la retirada triunfal de Elia Viviani o del increíble cuarto oro en un mismo Mundial de Harrie Lavreysen.

Es más, posiblemente ese tercer instante fue mucho más espectacular, a tenor de los gestos y gritos de alegría incontrolada de Yareli Acevedo, la segunda campeona mundial mexicana de la historia, justo 24 años después de que lo lograse, en los 500 metros, su paisana mexiquense Nancy Llarely Contreras, en una coincidencia de nombres que no es casualidad.

Y es que los padres de Yareli decidieron bautizarla así en honor a la gran campeona mexicana, aunque cambiando la letra inicial y la vocal final, pocos meses antes de que Contreras lograse ese éxito que marcó su carrera.

«Hace 24 años ella se convertía en campeona del mundo y yo nacía apenas. Ella ha sido un ejemplo y gracias a mis papás tengo ese nombre. Hoy repito la historia», declaraba emocionada tras su victoria, que le dedicaba.

“Mi familia es mi todo. Ellos no han podido asistir a ninguna competencia mía, porque todo el día se lo pasan trabajando-trabajando, para que yo pueda comer, para que yo pueda tener lo mejor en bicicleta y pueda pelear este tipo de eventos. Para que yo pueda ir a todos mis entrenamientos, ellos a diario trabajan y ahora ellos también son campeones del mundo”.

Sus padres eran propietarios de una tienda de bicicletas, por lo que su destino ciclista estaba ‘marcado’, empezando a competir a los once años, aunque siempre ha reconocido que “no me gustó el impacto inicial del ciclismo, sino los premios que dieron. De niños, daban premios de juguete, así que cuanto mejor fuera el lugar, más grande el premio”. Eso sí, sus cualidades le acompañaron en su carrera hasta ser la gran referencia del ciclismo femenino mexicano.

Segunda en el ranking mundial

Y ya este año, la culminación de su carrera. Primero en la Copa de las Naciones en Konya, con el oro en la eliminación y la sexta plaza en el ómnium; posteriormente en Asunción, donde se convirtió en triple campeona panamericana, en scratch, eliminación y ómnium.

Y ahora en el Mundial -de donde sale como la segunda ciclista del mundo en el ranking de fondo, a 700 puntos del liderato de Anita Yvonne Stenberg- y en el que no pudo brillar en la eliminación, pero ya avisó con el quinto lugar en el ómnium, antes de lograr ese histórico oro en la puntuación.

“En las últimas vueltas no traía nada de fuerzas. Pero el grupo podía parar porque se estaba peleando por las medallas. Entonces, o te arriesgas o no ganas nada. Creo que todos allá en México estaban mandándome mucha fuerza y gracias a toda la gente que me apoya pude alcanzar esta medalla”, dijo Acevedo, quien también se alegró porque “no ocurriera ningún accidente, creo que yo respeto muy bien a mis compañeras y no merecen caerse. Sabemos que corremos como locas y que es todo o nada, pero gracias a Dios no se cayó nadie y me llevé la victoria”.

El objetivo ahora está en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. “Hoy sé que es muy posible, lo mismo que sabía que era capaz de ganar una medalla de oro en este mundial, y yo iba por todo y creo que esa fuerza de voluntad es la que me define.

“Los Ángeles es una de mis ciudades favoritas; creo que es un lugar donde me gustaría vivir. Y bueno, no es solo mi sueño, sino el de mi familia. Y no solo mío, cualquier deportista desea tener una medalla olímpica”.

La duda ahora mismo es si será una lucha en solitario, o México apostará por la madison o incluso por la cuarteta, habida cuenta del potencial de otras corredoras como Sofia Arreola, Lizbeth Salazar, Antonieta Gaxiola o Victoria Velasco.

Edmundo Alpízar Basurto es su entrenador, quien destaca las capacidades estratégicas, técnicas y físicas de la ciclista, señalando que «está creciendo mucho desde el punto de vista de la autoconfianza, estrategia y fuerza», mientras que la ciclista considera que «después de 2024, la vida dio un giro completamente y me dio mucha madurez emocional y física. Me hizo cambiar muchos aspectos de mi vida y hoy, gracias a Dios, los diez años de trabajo se vieron reflejados», no sin finalizar animando “a los niños, para que vean que sí se puede. Con trabajo y disciplina, ellos también pueden lograrlo. En Latinoamérica hay mucho talento».

Fuente: https://www.trackpiste.com