Agustín Moreira, ciclista de Cerro Largo, aseguró que quedarse con la 49.ª edición de Rutas de América: «es un sueño cumplido que busque toda mi vida».

Moreira, hijo de Federico, campeón de tres ediciones, volvió a llevar el apellido a lo más alto de una de las clásicas carreras de nuestro país y en charla con Radio Nacional, comentó: «estoy contento ya alcanzamos lo que vinimos a buscar y por lo cual luchamos hasta el final».

«Esto es parte del trabajo de un equipo que dejó todo por mí en estos siete días en la ruta y me deja tranquilo poderles devolver ese esfuerzo con la victoria», agregó.

Hemos cambiado un poco para adaptarnos a las exigencias del ciclismo actual», confesó Moreira sobre el cambio para poder obtener este triunfo: «me tuve que ajustar a una manera de correr. Me costó un montón en la preparación física que tuve que realizar para conseguir la potencia necesaria para poder estar en los sprints».

El pedalista, especialista en crono, esta vez no quiso dejar ninguna característica sin cubrir: «costó muchísimo sacarme el chip de que no soy embalador y estar en las definiciones implica un cansancio físico y mental muy grande. Me prepare a conciencia y dejamos un poco de lado la contrarreloj para ganar potencia para llegar a los sprints y tener resultados. A la larga, el trabajo dio sus frutos».

Más tarde tuvo palabras hacia su padre, Federico Moreira, ganador de Rutas de América en 1982, 1988 y 1997: «es uno de los pilares más grande que tengo en mi vida. A nosotros (él y su hermano Mauricio) nos pusieron un chip en la cabeza que ganar una grande como Rutas o Vuelta debe algo ser normal y no lo es, es dificilísimo, cuesta mucho trabajo y horas».

Y finalizó diciendo: «estoy agradecido con toda la gente que me apoyó para que esto un día llegara. Me costó en su momento ser el peor, ayudar a otros a quedarse con el triunfo y hoy la vida me regala ganar Rutas que es un sueño de toda la vida. Los sueños se cumplen, solo hay que laburarlos»