En medio de varias modificaciones que últimamente hace la Union Ciclista Internacional (UCI) al desarrollo del ciclismo de ruta, se han prendido las alarmas por cuenta del uso de una sustancia que sirve para proveer de energía a los ciclistas y en otras ocasiones ha generado polémicas.

Se trata de las cetonas, una sustancia que es usada por varios ciclistas en los equipos más grandes como el Team Ineos, pero es el esloveno Primoz Roglic quien más lo ha usado y desde el Jumbo Visma defienden abiertamente su utilización a pesar de algunas críticas hacia el pedalista tricampeón de la Vuelta a España.

Su hipotética prohibición podría verse en el rendimiento deportivo, pero serían más negativos los posibles ataques que recibiría como en el Giro de Italia 2019 donde lo acusaron de supuesto dopaje.

Las cetonas son moléculas que el cuerpo humano produce a partir de la descomposición de la grasa cuando en determinado momento le hacen falta carbohidratos (tener sed o hambre, por ejemplo). Entonces, desde hace varios años se han creado cetonas artificiales que se junta con alcohol saborizado para hacer una bebida.

Asker Keukendrup, nutricionista del Jumbo Visma, aseguró hace un tiempo atrás: «Debido a que hay tan poca investigación disponible, los probamos nosotros mismos. Así que hacemos nuestra propia investigación. Las usamos principalmente en competiciones, todo tipo de variables también juegan su papel. Es por eso que creo que pasarán años antes de que sepamos lo suficiente sobre cómo funcionan».

El caso es que por ahora la UCI ha tomado cartas en el asunto para investigar con más rigurosidad esta sustancia y determinar con argumentos científicos si queda abiertamente permitida o si la prohíbe. Han recomendado a los equipos no usarla mientras avanza la investigación, pero si equipos como Ineos y Jumbo la siguen consumiendo no tendrán problemas.

«El aporte de cetonas permite retrasar el uso de los glúcidos, ahorrándolos para el final de una etapa. Es un carburante adicional para el músculo”, explica Jean-Jacques Menuet, médico del Arkéa-Samsic que, sin embargo, no tiene claro que sea una solución “inofensiva”.

«No tengo ganas de que dentro de diez años un ciclista me diga que tiene el hígado destrozado. Si me demuestran que la ingesta de cetonas es totalmente inofensiva, quizás tenga una actitud un poco más benevolente y permisiva», añade Menuet en declaraciones a AFP.