Puede que parezca ya mayor según los estándares en los deportes de acción, pero el rider de BMX Freestyle Daniel Dhers está aún entre los mejores. El venezolano tiene 37 años, nueve más que el ganador de los X Games de Chiba, Logan Martin, y 17 más que el participante más joven, Nakamura Rim.

Mientras muchos de sus rivales tienen a Dhers como a un ídolo, también ven en él una amenaza. Porque en este deporte, Dhers ya ha visto y hecho todo. El ‘Padrino del BMX’ consiguió sus primeras cinco medallas de oro en los X Juegos en 2007 y, desde entonces, no ha hecho más que acumular títulos.

El año pasado logró la medalla de plata en Tokio 2020, en el debut olímpico de su deporte; una hazaña que nunca pensó que lograría en su carrera. “En este punto, disfruto realmente retando a los nuevos chicos. Me mantiene motivado y me ayuda a seguir progresando» – Daniel Dhers en una entrevista con Red Bull

El poder de una medalla olímpica

Dhers, que vive en Estados Unidos, está más que preparado para seguir competitivo. Su edad solo significa para él que tiene que prestar una atención extra a la hora de poner su cuerpo al límite, pero sigue mostrando sus entrenamientos de fuerza en redes sociales para atestiguar que sigue en forma.

Así lo expresó en la entrevista para Red Bull: «Definitivamente lleva mucho trabajo. Subo a la bici todos los días y cuido mi cuerpo entrenando en el gimnasio la fuerza y trabajando la resistencia».

«El ciclismo siempre ha sido mi mayor prioridad, y mi día gira alrededor de ello, así que todo lo que hago es para mantenerme y mejorar».

Además de motivarse con sus rivales más jóvenes, Dhers también toma ilusión por representar a su país, especialmente después de haber logrado la plata en Tokio, solo por detrás de Logan Martin.

Tras formar parte de una participación de récord de Venezuela en los Juegos, liderada por la superestrella del triple salto Yulimar Rojas, la leyenda del BMX volvió a casa para celebrar su éxito.

Como su deporte era considerado por algunos como minoritario, Dhers tenía modestas expectativas para su bienvenida. Pero cuando aterrizó en la capital de Venezuela, Caracas, se dio cuenta de lo mucho que significaban para su nación la medalla olímpica y sus esfuerzos.

Le recibió una gran pancarta con su cara, y los brazos de una nación entera estaban abiertos para él. Desde el aeropuerto, comenzó la vuelta de la victoria de Dhers mientras viajaba de ciudad en ciudad, con aficionados en todas partes deleitándose con su éxito.

El itinerario de Dhers incluyó un recorrido por la capital, con legiones de aficionados uniéndose a él, y una visita al barrio de Cota 905, donde exhibió algunos de sus trucos.

Entonces Dhers admitió la felicidad que le daba estar allí. «Sé todo lo feliz que pueden hacer los deportes a un país que constantemente afronta problemas, así que significa mucho poder contribuir un poquito en esta felicidad», expresó.

Después, visitó Tachira en diciembre, donde los vecinos realizaron una figura de 10 metros de altura con su imagen, como parte de los festejos de Año Nuevo.

Incluso hubo una parada en Angel Falls.

Durante su camino, Dhers animó encarecidamente a los niños y jóvenes de todo el país a involucrarse en el deporte usando su ejemplo para demostrar lo que es posible si trabajas duro y amas lo que haces.

Y es sin duda un ejemplo. Porque cuando se montó por primera vez en una bicicleta con cuatro años, se cayó y comenzó a odiar las dos ruedas. Pero con 12 años se encendió su pasión por las BMX, tanto que su familia casi tuvo que prohibírsela porque se escapaba de clases solo por montar.

En 2003 su historia de amor pareció terminarse, cuando tuvo una grave lesión en la espalda antes de los X Games de Brasil. «Fue un momento de mucha desilusión. Estaba en tanto dolor que pensé en retirarme», expresó.

Sin embargo, volvió a montarse en una bicicleta… y el resto es historia. Durante su gira por Venezuela, la estrella de los deportes de acción aprovechó la atención que le dieron los Juegos Olímpicos para inspirar a quienes lo rodeaban.

Al mismo tiempo, esto le inspiró a él mismo para seguir adelante.