En una rueda de prensa concedida antes de presentar el próximo 28 de noviembre el documental de su vida deportiva y personal titulado La Presa, el formidable rutero alemán -campeón del TDF en 1997-, Jan Ullrich, aceptó y confesó abiertamente haber acudido al dopaje sistemático para competir, lo que finalmente desembocó en su exclusión del Tour de Francia 2006 unos días antes de iniciarse la carrera en Strasbourg.
La gran estrella del final de los 90 y comienzos de los 2000, próximo a cumplir 50 años es dueño de una tormentosa vida deportiva y personal que no ha pretendido ocultar habiendo declarado antes que bebió whisky como agua y consumió cocaína llegando a estar cerca de la muerte.
Afortunadamente encontró en su archirrival el norteamericano Lance Armstrong (también descalificado de los 7 Tours que ganó), su tabla de salvación en los últimos 5 años gracias a una sólida amistad y respeto que surgieron mientras fueron las estrellas del ciclismo en su momento.
En sus reflexiones, Ulrich recuerda haber entrado en contacto con el dopaje en 1995-96 antes del TDF haciendo parte del equipo T-Mobile agregando que “casi todos tomaban cosas para mejorar su rendimiento y no me interesa saber lo que hacían. Yo lo hice para asegurarme de que iniciaba una carrera en igualdad de condiciones. Eso era lo que había en ese tiempo. El ciclismo tenía un sistema y yo terminé haciendo parte del mismo”.
El Medallista Olímpico de Sidney 2000 y segundo del Tour 1998 -2000- 2001 y 2003 manifestó sentirse hoy como “culpable y acepto mi culpabilidad. Entonces era un joven y ese era el mejor camino para construir una carrera, pero no me siento un criminal”.
A pesar de todo, él cree que merece “ser considerado ganador del TDF 1997 aunque otros no lo piensen así pero mi corazón me dice que yo soy el ganador de ese TDF”.
En sus respuestas, el “panzer” alemán invocó al médico español Eufemiano Fuentes quien lo asesoró en ese campo, pero advirtiéndole los niveles de riesgo a que se exponía y “yo decidí asumirlos en el menor grado posible” expresa con serenidad.
Finalmente, Ulrich considera que hoy ha restablecido su vida, señalando que goza de buena salud y tiene una familia que es su polo a tierra. Su hijo ya comienza a competir y Ulrich señala finalmente en Cyclingnews que “Me gustaría tener una oportunidad en este deporte en Alemania, si es que pueden perdonarme a través de mi vida”.
Fuente: Revista Mundo Ciclístico