La Unión Ciclista Internacional ha presentado su estrategia para mejorar búsqueda de motores eléctricos ocultos en las bicicletas del Tour de Francia 2022. El dopaje mecánico sigue estando muy presente en la UCI pese a que ningún ciclista World Tour ha sido sancionado por ello.

La UCI comienza a aplicar su nueva estrategia contra el dopaje mecánico en el Tour de Francia

Hace tan sólo unos días, la UCI presentó las novedades en la persecución del dopaje mecánico que llevan vigilando desde el año 2016.

El objetivo de esta búsqueda es tratar de encontrar motores eléctricos ocultos y fuentes de acumulación de energía que puedan proporcionar una ventaja ilegal a quienes los utilicen.

En su lucha contra el dopaje mecánico, los comisarios de la UCI seguirán contando con sus tablets magnéticas que, recientemente, han recibido un software actualizado para mejorar su capacidad de detección. A este arsenal se le ha sumado las cabinas portátiles de rayos X basadas en tecnología de retroreflexión capaces de generar una imagen de alta resolución del interior de la bicicleta en apenas un par de minutos y transmitir esa información prácticamente en tiempo real a los comisarios de la UCI.

De hecho, es el mismo tipo de tecnología que se emplea en los escáneres de los aeropuertos. Pese a emplear rayos X, la tecnología de retroreflexión utiliza ondas de muy baja energía, al contrario que las radiografías convencionales que se emplean en medicina, por lo que su uso no supone ningún tipo de riesgo para quienes se encuentren a su alrededor.

Además, los comisarios se guardan la potestad de poder desmontar completamente una bici en caso de sospecha fundada.

Los comisarios llevarán a cabo chequeos en busca de dopaje mecánico antes de cada etapa, vigilando en la zona de autobuses de los equipos con sus tablets magnéticas las bicis que vayan a ser usadas en esa jornada.

Al finalizar cada jornada, se vigilarán, de manera más profunda mediante los rayos X, las bicis del ganador de etapa, de los líderes de las distintas clasificaciones, de tres o cuatro corredores elegidos aleatoriamente y de corredores sospechosos.

En esta última categoría entraran las bicis de aquellos que hayan delatado alguna duda en la inspección previa a la etapa, de aquellos que hayan cambiado varias veces de bici a lo largo de día, incluida la bici ubicada en el coche de equipo; o cualquier otra que por algún motivo haya atraído la atención de los jueces-árbitro.

Para garantizar que no se sustituyen las bicis a comprobar, los comisarios se encargarán de etiquetar las bicis seleccionadas justo al finalizar la jornada, llevando a cabo el control unos minutos después.

Este protocolo de verificación se extenderá a todas las carreras de categoría World Tour y a los Campeonatos del Mundo y Juegos Olímpicos además de otras modalidades de ciclismo.

Durante el Tour de Francia de 2021, la UCI llevó a cabo 1.008 análisis de bicis sin encontrar ningún caso de dopaje mecánico.

Tomado de: www.brujulabike.com