El 109ª edición del Tour de Francia se celebrará del 1 al 24 de julio que, después de la Grand Départ de Copenhague, su trazado parece diseñado para fomentar la combatividad en todos los terrenos.

Los aspirantes al maillot amarillo final entrarán en liza sobre todo en zonas de montaña como la Super Planche des Belles Filles en los Vosgos, el Col du Granon y el Alpe d’Huez como grandes joyas de la sesión alpina, y después en los Pirineos, en Peyragudes y Hautacam, donde los escaladores podrán dar el do de pecho.

Las tres primeras etapas del recorrido del Tour de Francia de 2022 tendrán lugar en Dinamarca, después de que Bretaña tomara el relevo como Grand Départ en 2021 debido a la retirada de este país por la situación sanitaria.

En el país nórdico los más combativos contra el viento podrán brillar con luz propia al cruzar el mar Báltico durante 18 kilómetros, con un menú compuesto por una contrarreloj para rodadores en Copenhague, la capital mundial de la bicicleta, y una etapa para velocistas que pondrá el broche final a la aventura norteña en Sønderborg.

En la región del Norte, pero ya en la región gala, el pelotón se reencontrará con el sol de Francia: en el programa, una jornada rompepiernas hacia Calais, una ración de adoquines en Roubaix, una perita en dulce para los atacantes en Longwy y un primer asalto para los aspirantes al título en La Planche des Belles Filles, en su versión «Súper».

Si las condiciones meteorológicas no deciden la carrera por eliminación, el Tour de 2022 ofrecerá una etapa de prestigio a los escaladores que aspiren a la victoria final.

En los Alpes, destaca una meta en altura a 2 413 metros en el Col du Granon, en la misma carretera en la que Bernard Hinault vistió el maillot amarillo por última vez, allá por 1986. Esta ascensión en el departamento de Hautes-Alpes, que alcanza una altitud de 2.413 metros cuenta con una estrecha carretera asfaltada que serpentea de forma pronunciada hacia la cima, mientras que los caminos de tierra continúan más allá del puerto.

Fue el final de etapa de montaña más alto de la historia en el Tour de Francia de 1986, antes de que el Tour de 2011 viera cómo el Col du Galibier le arrebataba esa distinción.

Al día siguiente, réplica exacta del trayecto de Briançon al Alpe d’Huez donde el francés se coronó vencedor tras luchar codo con codo con Greg LeMond. De camino a los Pirienos, es muy probable que veamos esprints en Saint-Etienne y en Carcasona, pero no en Mende.

Después volveremos a las grandes alturas para ser testigos de nuevas refriegas entre los primeros espadas. Tadej Pogačar podría verse obligado a poner toda la carne en el asador en Peyragudes, con las piernas ya agotadas por las subidas al Col d’Aspin y la Hourquette d’Ancizan. Esta cima que alcanza el 16% de desnivel máximo tuvo su precedente más reciente en 2017, donde terminó imponiéndose Romain Bardet.

El defensor del título, vista o no de amarillo, deberá lidiar también con las ambiciones de sus rivales en la carretera de Hautacam, con subidas previas al Aubisque y la inédita del Col de Spandelles que no darán tregua a nadie. La última novedad del recorrido será la contrarreloj final de 40 kilómetros con meta en el promontorio de Rocamadour.

Será la hora de hacer cuentas… y de homenajear 24 horas más tarde a un vencedor en los Campos Elíseos. A partir de ahí, le tocará hacer historia al pelotón femenino.